Es habitual leer y escuchar todo tipo de críticas contra los denominados best sellers. A menudo se generaliza y se trata a todos por igual, desprestigiando la literatura comercial.
Sin embargo, hay muchos best sellers que tienen una indudable calidad literaria, novelas que están a la altura de la considerada literatura “seria” e incluso la superan. Pero el prejuicio sobre los best sellers sigue en la calle, en las secciones de literatura, en los programas especializados, en algunas opiniones de la gente, de los críticos literarios, en los foros de Internet, etc. Pocos dan un paso al frente e identifican calidad con best seller, como si el término en sí encerrara ya una categoría inferior. Un gran error de quienes miran por encima del hombro este tipo de libros, porque hay obras que aúnan calidad literaria y un interés comercial evidente, que las convierten en fenómenos editoriales dignas de ser leídas.
No debemos tener miedo a hablar de best sellers de calidad, de leer best sellers, y comprar best sellers. Es cierto que en el saturado mercado actual, hay obras pésimas y prescindibles, algunas de ellas incluso entre los libros más vendidos. Eso es innegable. Pero es igualmente cierto que hay auténticas joyas literarias que deberían ser de recomendable lectura, como lo son otros clásicos de la literatura. Incluso novelas que, sin ser obras maestras, son realmente muy buenas.
No debemos olvidar que Mark Twain, por poner un ejemplo, fue denostado en su día por su literatura demasiado comercial. Y hoy día es considerado uno de los padres de la literatura norteamericana.
Otro aspecto que hay que tener presente cuando leemos un best seller de calidad, es que habitualmente hay un enorme trabajo detrás, en tiempo y esfuerzo, no sólo por parte del autor, que por supuesto así es, habiendo podido dedicar años en la tarea de documentación y redacción del manuscrito, sino de un equipo de gente que trabaja intensamente en todos las fases que implica la edición de un libro: desde el editor que arriesga su dinero y prestigio profesional, apostando por un autor; el director editorial, que gestiona y coordina todo el proyecto; pasando por los correctores, que someten a continuas revisiones cada manuscrito; los diseñadores de portadas, que hacen un alarde de creatividad; los maquetadores, los publicistas, y terminando en los distribuidores, los comerciales, y relaciones públicas de la editorial. Todos y cada uno de los miembros del equipo, contribuyen sustancialmente a que una novela, creada de la mente y la mano del escritor, se publique en las mejores condiciones posibles y se convierta en un best seller de calidad.
Es hora de que olvidemos los prejuicios acerca de este tipo de literatura comercial y la leamos con respeto e interés, reconociendo las buenas obras que a menudo ocupan las estanterías.
La literatura comercial tiene un amplio espectro de temas, que a menudo son tratados con rigor. No temamos, pues, ni nos avergoncemos de leer best sellers, los hay excelentes, y sin duda muchos serán considerados clásicos en un futuro.
Entretanto, disfrutemos de los mejores libros que la literatura contemporánea aporta al mundo. Sin prejuicios, tópicos ni ideas preconcebidas.
viernes, 7 de diciembre de 2007
Best sellers de calidad
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